RSS

NOVIAS DESPECHADAS ASESINAS

19 Dic

Ayer por la mañana escuché por la calle: «me dejó en la estocada» y, la verdad, me hizo mucha gracia.

La expresión “dejar a alguien en la estacada” hace referencia a la situación a la que se tiene que enfrentar un soldado que ha sido mandado a defender la primera estacada mientras otros se refugian en segundas posiciones. Una estacada es, tomando como referencia el diccionario de uso de la Real Academia Española, «una hilera de estacas clavadas en tierra verticalmente como a medio decímetro de distancia unas de otras, aseguradas con listones horizontales [que] se colocaba sobre la banqueta del camino cubierto, en los atrincheramientos o en otros sitios». Por tanto, “me dejó en la estacada” puede interpretarse como “me abandonó en una situación de peligro o muy comprometida”.

Sin embargo, como bien sabrá aquel peatón tan simpático y alegre al que me sorprendí espiando –…que no expiando…-, también existe en nuestro idioma la voz “estocada”, que se refiere al golpe punzante causado por una espada o similar, así como a la herida causada por él. Lo que muy probablemente desconoce es que lo que todos podíamos haber sacado en conclusión de su intervención tiene que ver con una ruptura sentimental durante un combate de esgrima.

En cualquier caso, espero que jamás tenga que sufrir la traumática experiencia de ser «dejado en la estocada».

 
10 comentarios

Publicado por en 19 diciembre, 2011 en Azote lingüístico, Ruegos y preguntas

 

Etiquetas: , , , , , , , , ,

10 Respuestas a “NOVIAS DESPECHADAS ASESINAS

  1. El criticón

    21 diciembre, 2011 at 20:53

    Que lástima sentiría la pobre mujer a quien dejaron en la estocada viéndote «descojonarte» por un error que cometió, no se como se sentiría si supiera que semejante desacierto ha sido criticado sin mesura en un blog. A mí, me parece aún más gracioso el hecho de que te dediques, por la forma en la que lo has escrito, a reírte de ella en internet.

    Por otro lado, decirte que tuve que hacer estiramientos después de leer tu entrada para aliviar las agujetas de mis abdominales que según la RAE se define como, hay gente que ojo!!!! no sabe lo que son los abdominales o de manera muy triste como acabo de comprobar un estoque: «1. adj. Perteneciente o relativo al abdomen».

    Si la transcripción de lo que escuchaste es correcta y literal me permito la licencia de decirte que jamás habría pensado, y creo que ningún otro viandante, es que rompió una relación sentimental en el transcurso de un combate de esgrima; solo que la habían «dejado tirada».

    Sin más desearte que nunca te dejen en la estocada porque puede ser bastante incómodo para alguna de tus nalgas: «cada una de las dos porciones carnosas y redondeadas situadas entre el final de la columna vertebral y el comienzo de los muslos».

     
  2. K. Sanz Botín

    21 diciembre, 2011 at 21:23

    Muchas gracias por su comentario, estimadísimo viandante y, mucho más, por el afecto que ha demostrado al hablar de mis glúteos con tamaña cortesía y decoro, en el sentido retórico de la palabra.

    Sin embargo, no puedo sino lamentar profundamente y sorprenderme a la vez ante el hecho de que todavía existan personas que se molesten por este tipo de comentarios carentes de malicia y, hasta cierto punto, yo diría, inocentes. Creo que no es necesario justificar en ningún aspecto mi entrada, dado que no veo en mis palabras ningún motivo de los que usted alega para ser criticado. Más allá, diría que su artículo ha dejado en evidencia su falta de hilaridad, y, lleno de pesar, me compadezco de usted.

    Espero que no se sienta ofendido con mis próximas intervenciones, que muy probablemente versen sobre vacas que sorben la sopa, zapatos que huelen a sobaco, o sobre alguno de esos brujos neolíticos que, pobrecitos, no estarán aquí para defenderse de los ataques mezquinos y malintencionados de, si me permite la expresión, un «menda lerenda», ya que en ningún modo es esa la intención con que colaboro en TiqueconQ.

    Ante todo me gustaría agradecerle muchísimo su participación en este blog. Eso es lo que siempre hemos deseado: gente que participe y se involucre, y añada sus comentarios, alabanzas o críticas para ayudarnos a mejorar. Cuantos más seamos, mejor, y cuantas más sugerencias y voluntad de participación, mayores serán los éxitos conseguidos.

    Un sincero abrazo.

     
  3. El criticón

    21 diciembre, 2011 at 22:42

    Me alegra que me prestes atención con tanta presteza. Quizás mi comentario haya sido demasiado elaborado y por eso has respondido con ese voseo, para nada necesario; es por esto que me gustaria pedirte que me tutearas, de la otra forma parece algo mucho más formal y no quiero que lo sea.

    Decirte caballero que tu compasión no me es necesaria y con el debido respeto que su artículo adolece de cierta presunción, entendida esta como la creencia que posees en que no vas a cometer los mismos errores que la pobre viandante.

    Para finalizar le diré que no me seas hipócrita y te despidas con un «sincero» abrazo pues este es de todo menos sincero.

    Un saludo.

     
  4. K. Sanz Botín

    21 diciembre, 2011 at 23:56

    Muy bien, estimadísima viandante, te tutearé a partir de ahora, si así lo prefieres. Tienes razón, la verdad es que tal vez la sensación que produce mi retórica no sea la apropiada en este contexto y es probable que hagamos bien en adecuarnos a un nivel lingüístico más acorde con las características del intercambio comunicativo desenfadado y amistoso con el que te has referido a mí en tu primer comentario y, aún en mayor grado, en el segundo.

    No obstante, creo que tanto tú como yo hemos acudido al registro culto para escribir nuestros comentarios y que, por tanto, no es una cuestión de presunción, sino más bien de cortesía y adecuación mantenernos dentro de los patrones marcados por nosotros mismos.

    No podría ser más sincero al decir que me ha complacido en sobremanera su interés por mi respuesta y que estoy esperando con impaciencia su próxima intervención.

    Cordialmente, si así lo prefieres,

    K. Sanz Botín.

     
  5. Olivia

    22 diciembre, 2011 at 18:30

    Intervengo por primera vez en este blog, que leo a menudo, para expresar mi sorpresa porque alguien, en este caso «El Criticón», quien quiera que sea, se escandalice por una entrada donde se comenta un error lingüístico, cuando quien lo comete no se identifica ni puede identificarse, con lo que no existe ni puede existir agravio alguno para nadie.

    Creo que no sería bueno para el blog el limitar hasta ese punto la libertad de expresión.

     
    • Diego Fernández

      23 diciembre, 2011 at 9:36

      Olivia, muchas gracias por el apoyo, veo que entiendes lo que pretendemos en este blog.
      Aquí solo buscamos reflexionar sobre el uso del lenguaje, y si podemos hacerlo correctamente mejor. No intentamos mofarnos de nadie, en absoluto, todo tiene un puro interés académico, por decirlo de alguna manera.

      Un saludo, me alegro de que leas a menudo el blog.

       
      • El criticón

        23 diciembre, 2011 at 17:36

        Señores,

        Ante el alubión de respuestas que están teniendo mis anteriores comentarios me gustaría señalar que estos últimos solo tienen una función de reproche hacía este único artículo, por darle un nombre, y más concretamente a la redacción de unas cuantas líneas, lamento que se haya malinterpretado de semejante forma.

        En general, la labor que se lleva a cabo en este blog es de suma importancia ya que acerca al lector curiosidades con respecto a nuestra lengua con el fin de enriquecernos a todos.

        Un saludo

         
  6. Cris

    25 enero, 2012 at 21:47

    Aluvión es con v. Torpe.

     
  7. marqus

    8 febrero, 2012 at 11:08

    Yo voy a contar una anécdota protagonizada por mí mismo y no me importaría que quienes la presenciaron la transmitieran, la ridiculizaran o se rieran de ella o incluso de mí. Al fin y al cabo el humor a partir de un juego de palabras o de equívocos ya está inventado hace mucho tiempo.

    La anécdota en cuestión es la siguiente. Supongo que todos tendremos expresiones heredadas de nuestra madre o de nuestro padre, expresiones que les hemos oído siempre pero que en ningún momento nos hemos dedicado a estudiar en profundidad. Mi madre, por ejemplo, tendía a decir mucho, cuando llegábamos a casa llenos de barro y con la ropa sucia, que estábamos hechos un «ceomo». A nadie se le escapará que la expresión original es «ecce homo» y que en este caso el «neologismo» de mi madre puede llegar a entenderse sin problemas. El caso es que no se trata de la única expresión. Una tarde, mientras disfrutaba con unos amigos de una cerveza en un bar y nos poníamos al día unos y otros, yo contaba una historia del trabajo y, en un momento dado, dije «me puse hecho un obelisco». Una de mis amigas estalló en carcajadas y, diez minutos después, cuando pudo calmarse me preguntó qué era eso de «ponerse hecho un obelisco» y si más bien no me estaría refiriendo a un «basilisco». Yo no lo había pensado jamás. Mi amiga desde entonces se queda rígida y pega los brazos al cuerpo cada vez que ve a alguien estar hecho un obelisco.

    Un saludo 🙂

     
  8. El criticón

    15 May, 2012 at 20:42

    Y estoque no es una espada y no le has llamado torpe, creo que podríamos intentar no faltarnos al respeto de manera tan directa, al menos enmascaradlo un poco con el uso de la retórica como nos hemos dedicado a hacer antes el autor del post y yo.

    Sin más me despido

    El criticón

     

Deja un comentario